Aprendizaje social y las nuevas formas de entender el proceso de enseñanza-aprendizaje

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Aprendizaje social y las nuevas formas de entender el proceso de enseñanza-aprendizaje

Reproduzco un artículo que publiqué en la revista Padres y Maestros hace un tiempo pero que toca una de las cosas que todavía nos cuesta aplicar, el aprendizaje entre iguales y las zonas de desarrollo próximo. Podéis descargarlo en PDF aquí

A todos los que hemos estudiado en algún momento de nuestra vida teorías del aprendizaje, cuando escuchamos  el concepto aprendizaje social, se nos viene rápidamente a la cabeza las teorías desarrolladas por Albert Bandura por derivación de los trabajos de Cornell Montgomery. Pero no, este artículo no habla de la Teoría del Aprendizaje Social ni de ninguna otra teoría del aprendizaje desde el punto de vista de la psicología de la educación y el desarrollo.

Si traducimos estas dos palabras en inglés y convertimos Aprendizaje Social en Social Learning, parece que cambiamos el acercamiento, ahora ya sí parece que nos estamos refiriendo a algo más contemporáneo y cercano a la tecnología y los nuevos modelos de aprendizaje.

En los últimos años, ha habido multitud de enfoques para introducir las nuevas tecnologías en los procesos de enseñanza y aprendizaje. Uno de los extendidos, ha sido el uso de Plataformas de Enseñanza más conocidas por su acrónimo en inglés LMS (Learning Management System), que últimamente se han popularizado con su acrónimo castellano EVA (Entorno Virtual de Aprendizaje).

Estos sistemas fueron los primeros que comenzaron a introducir las capacidades de interacción entre alumnos y profesores en las aulas mediante sistemas primitivos de mensajería y foros y posteriormente extendieron esas mismas funcionalidades hacia la comunicación entre alumnos, generando las primeras herramientas de aprovechamiento de la inteligencia colectiva en clase, aunque sobre este término hablaremos con más profundidad más adelante.

enfoque social

El gran problema que han tenido los Entornos Virtuales de Aprendizaje y siguen teniendo en la actualidad, es que intentan reproducir con demasiada fidelidad los entornos conocidos de enseñanza y aprendizaje, reproduciendo sus bonanzas pero también sus inconvenientes. Por citar un inconveniente heredado en estos sistemas, en todos ellos podemos ver al profesor como figura principal del sistema siendo el único rol que genera conversaciones que pueden ser contestadas por los alumnos. Esta característica tan habitual en nuestras aulas en las que el profesor tiene la gran responsabilidad de mantener el orden en las conversaciones, se ha reproducido en estas plataformas de aprendizaje por mera imitación. Esto ha limitado la capacidad de conversación y colaboración entre los alumnos en este nuevo entorno que tiene otras reglas y que puede gestionarse de formas muy diferentes a como se gestiona el aula en las clases presenciales. ¿A que nos ha llevado esta reproducción? pues a tener plataformas virtuales para gestionar nuevos aprendizajes reproduciendo la tarima, donde el maestro o profesor sigue teniendo ese papel principal en el aula del que tanta literatura se ha escrito y que las nuevas metodologías y estrategias abogan por cambiar.

Si analizamos el porqué de la reproducción de estas estrategias tradicionales en las plataformas de aprendizaje, podemos ver varias razones todas ellas sobradamente justificadas:

La primera de ellas es que las plataformas se han diseñado principalmente en entornos universitarios donde la posición magistral del profesor ha sido la más ampliamente extendida, con lo que parece lógico que si las plataformas se diseñan en primera instancia para estos colectivos, a las personas que las diseñan les resulta muy difícil abstraerse de esta realidad diaria y diseñar una herramienta diferente a estos usos y costumbres.

La segunda razón y la que a mi criterio es más importante, es que la tecnología se intenta introducir antes de haberse producido el cambio metodológico para el que no es necesario el uso de tecnología, con lo que nos encontramos de nuevo con herramientas informáticas que reproducen las prácticas cotidianas del profesor como elemento director de la dinámica del aula.

En este punto es cuando tengo que reconocer que inicié mi reflexión con una pequeña mentira. Cuando hablamos del aprendizaje usando redes sociales, realmente estamos haciendo una aplicación de las teorías sociales desarrolladas a principios del siglo XX por Vygotsky de las que os dije que no iba a hablar, la única diferencia es que cuando hablamos de redes sociales a través de internet, hemos cambiado el medio que facilita el aprendizaje, que cuando se desarrollaron estas teorías lógicamente era el entorno de interacción cercano de personas y ahora pasa a ser la red virtual de personas que nos sirven de facilitadores de nueva información y conocimiento. Vygotsky nos hablaba de una Zona de Desarrollo Real donde el individuo puede resolver de una forma individual un problema que se le plantea y de una Zona de Desarrollo Próximo, donde el individuo tiene la capacidad de resolver un problema utilizando la ayuda de otras personas. Esta zona de desarrollo próximo se desarrolla fundamentalmente mediante la interacción, que es básicamente el proceso que el individuo desarrolla utilizando este tipo de tecnologías.

Los que hemos estudiado sin la ayuda de la tecnología, desarrollábamos esta zona de desarrollo social desde el punto de vista curricular básicamente con la ayuda que nos podían prestar nuestros mayores, fundamentalmente nuestros maestros y profesores, y si la fortuna nos había posicionado en un entorno socio económico favorable, nuestros padres y hermanos mayores. En raras ocasiones podíamos plantearnos ecosistemas de aprendizaje donde nuestros iguales, compañeros de clase, fuera del horario de clase pudiesen facilitarnos esas pequeñas claves que nos permitiesen seguir construyendo nuestro propio aprendizaje.

Esta situación cambió de forma radical con la masificación de la tecnología. Cuando nuestros alumnos, principalmente adolescentes y universitarios, comenzaron a disponer de tecnología de forma generalizada, comenzando por el simple correo electrónico, de forma rápida comenzaron a generarse espacios paralelos de aprendizaje donde los estudiantes compartían información y conocimiento. No hay que olvidar que esto también ha provocado malos usos de la tecnología ya que se han fomentado los espacios de “copia” pero como toda tecnología, siempre hay malos usos que debemos evitar mediante una correcta educación. Estos espacios comunes de trabajo, han permitido que alumnos que se encontraban ante un bloqueo en la realización de un trabajo fuera del aula, encontrasen en los compañeros esa zona de desarrollo próximo que les permitiese avanzar y conseguir objetivos que de otra forma no podrían haber conseguido.

Cuando las tecnologías fueron avanzando y generalizándose las comunicaciones síncronas, estos espacios de desarrollo próximo se fomentaron de forma muy sensible, generándose grupos de ayuda mediante sistemas de mensajería instantánea tipo Messenger en los primeros estadios de desarrollo y posteriormente evolucionando hacia entornos de compartición de conocimiento en redes sociales generalistas tipo Tuenti o Facebook y grupos de conversación privados en herramientas de mensajería instantánea tipo WhatsUp. Con ello vemos que los alumnos se organizan para conseguir sus objetivos aunque no les proveamos de estas herramientas en el ecosistema escolar.

Mi pregunta ante este panorama es ¿Por qué no generamos estos ecosistemas en un entorno protegido y destinado para estos fines en la escuela? ¿Es mejor que utilicen redes y entornos que están diseñados para otros objetivos y que pueden añadir distracciones y otros tipos de ruido ambiental?

Sé que ante estas preguntas abro la caja de los truenos, ya que existen corrientes claramente enfrentadas ante estas teorías: por un lado está la corriente de los que abogan por un uso de entornos de interacción social privados y exclusivos para el proceso de enseñanza y aprendizaje, que permita la seguridad para nuestros estudiantes y el correcto control de la interacción entre ellos y por otro nos encontramos con la corriente más aperturista que defiende el uso de los entornos naturales que utilizan nuestros alumnos también para el uso curricular, ya que fomenta la naturalidad del uso de los mismos asumiendo los riesgos conocidos de este tipo de entornos.

Ante esta situación, no existe una verdad absoluta y sí multitud de argumentos para defender ambas posturas, posiblemente todas válidas.

Tenemos que tener claro que podremos llevar a los alumnos a entornos controlados y facilitar que encuentren un espacio seguro para interactuar entre ellos bajo el paraguas escolar pero aun así, nunca conseguiremos que éstos sean los espacios únicos de interacción entre ellos, porque siempre buscarán un espacio donde se sientan  “a salvo” de sus mayores y consigan la sensación de entorno propio. Esto ha ocurrido históricamente con los espacios físicos y debe ocurrir con los espacios virtuales, ya que el individuo siempre busca esos espacios de liberación ante sus mayores.

La realidad es que nuestros alumnos interactúan entre ellos utilizando las redes sociales y podemos darle la espalda a esta realidad y seguir haciendo que los muros de la escuela sean infranqueables o lo que es más razonable, abrir las puertas a las nuevas formas de comunicación de este nuevo panorama social.

La revolución digital de la web y sus herramientas colaborativas y de comunicación ha llegado a nuestros alumnos, cambiando para ellos sus estrategias de aprendizaje y relación, y en consecuencia, deberían también cambiar nuestras estrategias de enseñanza y los roles que los educadores jugamos en estos nuevos ecosistemas de convivencia. El profesor, debe cambiar sus estrategias basadas fundamentalmente en la transmisión de conocimientos a nuevas estrategias donde participe en el proceso compartido de generación de conocimiento junto a sus estudiantes, compartiendo esa responsabilidad de forma conjunta.

Hasta ahora, cuando se han valorado las redes sociales como un elemento facilitador del aprendizaje, ha sido de forma casi exclusiva como métodos de ayuda al aprendizaje informal, considerando que el aprendizaje formal sigue necesitando otros métodos más “académicos”. Pues bien, actualmente las nuevas tecnologías han permitido resolver esta barrera entre el aprendizaje formal e informal, ya que se está produciendo una extensión de la educación que está si no eliminando, minimizando las barreras espacio temporales que tradicionalmente existían en la escuela frente al hogar u otros espacios. Un alumno dispone de las mismas herramientas en cualquier espacio como para minimizar las diferencias entre los aprendizajes formales e informales y no circunscribir el aprendizaje formal al espacio tiempo en el que se reúne con sus profesores en clase.

Interpretando de nuevo a Vygotsky, podemos extraer que las redes sociales aplicadas al proceso de enseñanza  y aprendizaje cubriendo el aspecto del aprendizaje formal, nos permiten acceder con mayor facilidad al espacio de desarrollo próximo, siendo el profesor un elemento más facilitador del aprendizaje, pero no el único como se producía antes de la utilización de estas tecnologías.

¿Quiere decir esto que tenemos que cambiar de forma radical nuestras estrategias de enseñanza y aprendizaje? Pues depende, habrá momentos en los que las teorías clásicas de transmisión de conocimientos sean las más efectivas por la naturaleza del concepto  a transmitir o el momento en el que se transmite. El profesor sigue teniendo que ser la guía, el agente que permite transformar la información en conocimiento, pero utilizando las mejores herramientas que tenga a su disposición en cada momento, que unas veces serán la pizarra, la tiza y su discurso teórico y otras veces será la utilización de la inteligencia colectiva gestionada con destreza, permitiendo a los alumnos ser más autónomos, generando su propio autoaprendizaje. El profesor en todos los casos debe estar accesible y ser el facilitador y guía del proceso de aprendizaje.

Esto que a priori no parece tan complicado, muchas veces se convierte en algo difícil de poner en práctica por algunos profesores. Existen razones por las que algunos profesores y maestros no ponen en práctica técnicas de aprendizaje colaborativo asumiendo ese nuevo rol. Fundamentalmente nos encontramos con razones de pérdida del control sobre el proceso, ya sea por falta de formación o preparación, miedo a no cubrir los aspectos curriculares exigidos, falta de familiaridad en el uso de técnicas de trabajo colaborativo y una de las más evidentes: sensación de pérdida de autoridad en el proceso.  Hay muchos profesores que se encuentran ante la inseguridad que estas nuevas formas de aprender le plantean, donde el alumno tiene las mismas herramientas o incluso mejores que el profesor para obtener información de forma precisa y rápida, pudiendo “dejar en evidencia” el grado de conocimiento del profesor en algunos aspectos.

Esto es cierto, un alumno con un ordenador o cualquier otro dispositivo electrónico con acceso a internet en sus manos, tiene la capacidad de cuestionar la información de un profesor, pero ¿por qué eso debe ser malo? ¿Por qué no aprovechar esa inquietud de nuestros alumnos de descubrir y aprender de forma autónoma? Dejemos que cuestionen nuestros conocimientos encontrando información relevante y complementaria a la que nosotros podemos ofrecerle, ¿no se está produciendo un aprendizaje significativo cuando el alumno está construyendo su conocimiento con la investigación y cuestionamiento de esta nueva información?

En el siglo XXI y con la realidad que viven nuestros alumnos, es imposible pensar en una educación basada en la lección magistral. Un estudiante ya no aprende únicamente de los materiales que ponemos a su disposición en el aula ni del mensaje del profesor, existen multitud de agentes adicionales que forman parte de su educación: sus propios compañeros, los medios de comunicación, sus dispositivos móviles, la sociedad en general. Ayudémosles a ordenar ese proceso de adquisición de información y a discernir de forma crítica entre toda la avalancha de información de la que disponen en el día a día y que muchas veces reciben de forma parcial o sesgada.

Creemos comunidades de aprendizaje con objetivos claros, guiadas por el profesor, evitando flujos de información que haga que ese conocimiento pierda coherencia y no construya aprendizajes. En general, dándole valor a nuestros alumnos.

Los centros educativos pueden potenciar la creación de estas comunidades de aprendizaje, traerse las tecnologías de información y comunicación a su terreno convirtiéndolas en aliados de los procesos de enseñanza y aprendizaje, como un gran aspecto motivador para los alumnos.

Existen multitud de estrategias de acercamiento a estas nuevas metodologías, siempre con el objetivo de evitar el monólogo del profesor y permitiendo un aprendizaje mucho más personalizado, donde cada estudiante pueda adecuar sus aprendizajes a sus capacidades, grados de desarrollo y ritmo.

Las redes sociales pueden ayudarnos en esta transformación. Desde las redes sociales abiertas y generalistas: tuenti, twitter, google+ a redes y entornos privados que nos hagan sentirnos más seguros como edmodo, herramientas de moodle,  yammer, etc.  Todas ellas podemos usarlas para fomentar el interés y la participación de nuestros alumnos no solo en clase sino fuera de ella y hacer que la educación sea realmente extendida, generando espacios de aprendizaje permanentes con una alta implicación de nuestros alumnos.

La elección de un tipo de red u otra para vehicular nuestro proceso de enseñanza y aprendizaje no tiene una única respuesta, cada profesor y cada grupo es diferente y hay que optar siempre por el sistema que haga que podamos conseguir nuestros objetivos con el menor grado de stress en el proceso.

Es importante que como padres también tengamos conciencia de las posibilidades de construcción del aprendizaje que tienen nuestros hijos utilizando estos sistemas y fomentemos el uso responsable de estas tecnologías, no dejándonos llevar siempre por la relación con el ocio que casi de forma automática asociamos al uso de la tecnología. El aprendizaje puede ser divertido, la letra no siempre con sangre entra.

Ahora solamente nos queda poner en práctica estas estrategias, debemos innovar en nuestra forma de entender la enseñanza para intentar hacer las cosas mejor, aprovechar las oportunidades que nos bridan las nuevas tecnologías para hacer una verdadera atención a la diversidad, atender a las demandas individuales de nuestros estudiantes y no olvidar que nuestro papel como maestro está cambiando y debemos convertimos en esos guías que permitan a nuestros alumnos ser los verdaderos protagonistas de su proceso de aprendizaje.

Bibliografía:

Attwell, G. (2007). The Personal Learning Environments: The Future of eLearning? eLearning Papers, vol. 2, n.º 1. http://www.elearningeuropa.info/files/media/media11561.pdf

Calvo S. (2012). Revista Iberoamericana de Educación: Entornos personales de aprendizaje en red: relación y reflexión dialéctico-didáctica a partir de plataformas virtuales. http://www.rieoei.org/rie_contenedor.php?numero=rie60&titulo=RIE%2060%20Septiembre-Diciembre%20/%20Setembro-Dezembro%202012

SELWYN, N. (2007): Web 2.0 applications as alternative environments for informal learning – a critical review: Paper for OECD-KERIS expert meeting. http://www.oecd.org/dataoecd/32/3/39458556.pdf

GARCÍA SANS, A. (2008). Las redes sociales como herramientas para el aprendizaje colaborativo: una experiencia con Facebook. http://www.mentalidadweb.com/wpcontent/uploads/2008/07/comunicacion_facebook_annagarciasans.pdf

de Haro, J. J. (2008). Las redes sociales en educación. Descargado  de http://jjdeharo.blogspot.com/2008/11/laredes-sociales-en-educacin.html

Por | 2017-09-28T01:07:25+00:00 7 octubre, 2014|Sin categoría|Sin comentarios